El
verano del 2016 ya hace un buen rato que se instaló. Su calor así nos lo hace
saber. Buenos Aires también nos lo hace saber, con sus calles un poco menos
atestadas de personas. La televisión también aporta su granito de arena, y los
programas que se mudaron a nuestra Costa Atlántica o que hablan de ella son los
que priman en el día a día. Hasta no hace mucho estábamos enloquecidos con las
compras navideñas, con los descuentos y las promociones bancarias. Con los
aumentos de los precios, del asado, de la carne en general. No faltaron algunos
que optaron por una “mesa navideña fría”, y se olvidaron de los platos
calientes tal vez más tradicionales, para elegir como cena algo más frugal.
Tampoco quedaron tan distantes en el tiempo las reuniones de “despedida del
año”, con amigos, familiares y compañeros del trabajo y los buenos augurios
para que el 2016 traiga prosperidad, felicidad y buenas energías para todos.
Todo
esto suena familiar. Algo que año a año se repite, nos imbuimos de todas estas
vicisitudes cotidianas y nos dejamos llevar por este devenir que nos resulta
tan natural. Nos terminamos preocupando u ocupando de temas no trascendentales
como pueden ser el fútbol o el espectáculo, y allí el “Torneo de Verano” toma
un vigor inusitado y reemplaza la agenda de los medios que se olvidan de los
temas que a diario suelen tratar. ¿Será que las noticias duras también se toman
vacaciones? Obviamente, de más está aclarar, las noticias “blandas” son
aquellas que más nos atraen, nos seducen y nos inundan de un mundo de glamour,
frivolidad y despeje mental. Todo lo contrario sucede con las noticias “duras”,
aquellas que refieren a la política, la macro y micro economía, las policiales,
entre otras. Pero es en nuestra actualidad social que me parece que debemos
seguir teniendo un comportamiento estable y responsable, seguir apegados a aquellos
temas que nos atraviesan, que nos interpelan como ciudadanos activos… como
seres humanos.
Tener
consciencia de la política es un deber y un privilegio que toda persona debería
hacer valer. Nuestra actualidad social se encuentra politizada y mientras este
hacer político se acerque más a la idea inicial de la política, aquella idea
romántica de la Grecia Antigua, más cerca estaremos de ser ciudadanos activos
en nuestra comunidad, útiles para nuestros pares. Recordemos también el origen
educacional que conlleva la idea de política y su ligazón etimológica con el
vocablo Paideia, es decir La Educación. De allí el término paid-agogia, y su decantación en
pedagogía, íntimamente relacionada en un principio con el significado de
“conducir al niño de la mano por el camino de la vida”
Quizá
me esté yendo por las ramas, y tal vez los esté distrayendo del tema central al
que me quiero atener: está perfecto poder disfrutar de los sabores estivales
que nos ofrece esta época, las temporadas teatrales, la pileta, el veraneo, el
fútbol veraniego, las cenas con amigos y familiares, las fiestas de fin de año,
las vacaciones, etc., pero todo ello enriquecerlo con lo que antes exponía,
sabiendo que nuestra actualidad se va pergeñando en el día a día, y la política
acompaña ese devenir, y no debe quedar circunscripta sólo a la hora de votar.
Saber o tener una idea de la agenda de nuestros mandatarios, de los temas que
actualmente se discuten a nivel nacional, de si es positivo o negativo nuestro
nuevo acercamiento al Fondo Monetario Internacional (F.M.I.), seguir
discutiendo sobre los famosos “Fondos Buitres”, entender qué es lo que sucede
con la inflación, los aumentos de precios, la economía en general, nos hará
mejores ciudadanos activos. En definitiva: podemos disfrutar del verano y todo
su glamour, pero siempre siendo
conscientes que nuestra actualidad
sigue allí, y que nos interpela.
Quisiera
despedirme momentáneamente dejándoles este mensaje. Sigamos haciendo
política, paid-agogia, sigamos haciendo crecer todos juntos esa semillita que
nos hará ser ciudadanos más activos y útiles para nuestra comunidad.
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