lunes, 29 de febrero de 2016

El Renacido

Dio que hablar bastante esta última película de Leonardo Di Caprio como uno de sus protagonistas, que finalmente en el día de ayer lo coronó con la estatuilla del Oscar.
A decir verdad, la actuación de Di Caprio en el film es realmente excelente, explotando al máximo su capacidad actoral y con esto nos invita a sentir en carne propia lo que su personaje a lo largo de la película fue sufriendo. Escenas realmente crudas, de un grado emocional fuerte y todo ello acompañado de una estética lúgubre, donde lo más instintivo del ser humano sale a la luz, El Renacido es uno de los protagónicos más destacados que deberíamos sumar a la lista ya bastante nutrida de este actor, como lo son "Los Infiltrados", "Diamante de sangre", "Pandillas de Nueva York", "La isla siniestra", "El origen", "El lobo de Wall Street", "El aviador", "El gran Gatsby", entre otros muchos títulos.
Si sobre la película en sí vamos a hablar, y no ya sobre la soberbia actuación de Di Caprio, en mi criterio no considero que sea uno de los largometrajes que más se podría llegar a destacar de aquí a unos años en la historia de Hollywood. Si bien tiene escenas muy bien logradas, la película es allí donde logra su punto máximo de expresión. Carece de un guión fuerte, no hay un desarrollo de los personajes y si se consulta por la trama de la misma, es difícil escaparse de una sóla palabra: venganza.
Hay que destacar, eso sí, los paisajes y la veracidad de algunas escenas muy fuertes. Cuando Di Caprio se come un hígado de bisonte crudo, ese escena es auténtica:  “Quería que fuera real. Fue absolutamente asqueroso. Me dio nauseas, se ve en la pantalla”, dijo el actor. Aquí se percibe el grado de compromiso de la película y de Di Caprio por lograr esta estética lúgubre e instintiva que hace de El Renacido una película excelentemente lograda desde lo visual.


Entrega del Oscar a Leonardo Di Caprio